Un infiltrado en San Sebastián
por
Guillermo Ortiz López
Festival
de San Sebastián: Richard Gere pone el
glamour
La 55.ª edición del Festival Internacional de Cine
de San Sebastián parte con dudas. Son dudas comprensibles y que se arrastran
desde hace tiempo. A diferencia de Cannes, Venecia y Roma, San Sebastián siempre
ha apostado por la calidad frente al famoseo. Su programación abunda en el mejor
cine latinoamericano, las propuestas europeas más llamativas y algo de cine
independiente americano.
El problema es que eso no vende. Y sin vender
producto, no hay presupuesto. Y sin presupuesto, el título de Festival de Clase
A que ahora mismo tiene, se puede ir al limbo en cualquier momento.
De ahí, por ejemplo, que hayan combinado una
programación tremendamente sobria —ciclos de Henry King, Phillip Garrel y el
cine escandinavo contemporáneo— con la entrega de Premios Donostia llamativos,
en este caso, a Liv Ullman —comprensible— y a Richard Gere, que pondrá el poco
de glamour que todo festival de esta clase necesita.
Si la carrera de Richard Gere está en el mismo
escalón que las de Al Pacino, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Michael Caine o
tantos otros premiados en los últimos diez años, es un tema a discutir en otro
momento. Lo importante es entender que San Sebastián necesita a los Richard Gere,
porque sin Richard Gere no hay Phillip Garrel.
La propia programación levanta dudas. Por
supuesto, los festivales de cine tienen siempre algo de barcos cazatesoros, pero
también tienen que pensar en el gran público. En San Sebastián, toda la ciudad
se vuelca con su festival y pide algo a cambio. Generalmente, los programadores
optaban por una retrospectiva para entendidos —en este caso, Henry King—, otra
retrospectiva moderna más asequible —no parece ocurrir con Phillip Garrel— y un
ciclo temático que atraiga a la gente.
No sé si el cine escandinavo contemporáneo entra
en esa categoría.
Por otro lado, la sección oficial y la Zabaltegi
carecen de nombres resonantes. Ha pasado otros años y no ha sido grave. El año
pasado, por ejemplo, estaban Cuarón, Sorín, Di Cillo, Von Trier e Iñarritu, pero
tampoco se les puede considerar grandes del establishment. Lo que sí tuvo
el año pasado y por eso fue una edición magnífica fue un buen montón de
películas divertidas.
Sí, porque a veces San Sebastián se excede en su
sobriedad y mantiene un punto serio, largo, lento, dramático, preciosista. Muy
escandinavo, en definitiva. La mejor manera de combatirlo es con risas, comedias
inteligentes, películas con las que salgas del cine pensando pero sonriendo
también. El año pasado la programación fue tan buena que el listón ha quedado
altísimo.
¿Podrá el Festival superarse a sí mismo? A partir del jueves 20 de septiembre lo sabremos. Y se lo contaremos, que es aún mejor.
___________________
GUILLERMO ORTIZ LÓPEZ
es
el
coordinador de la sección de cine
de Almiar. (Página web:
www.guilleortiz.com/)
ℹ Crónicas publicadas sobre el Festival: Festival de San Sebastián: Richard Gere pone el glamour l Primeras impresiones: Sergi López, Luis Tosar y la eclosión española l La locura por Richard Gere l Premios para todos los gustos en una Sección Oficial devaluada
- PÁGINA OFICIAL DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN (2007): www.sansebastianfestival.com/
💬 Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 35, agosto-septiembre de 2007. Página reeditada en mayo de 2019.